«The Lighthouse» llama la atención por sus dotes estéticos a primera instancia: su simetría en la pantalla y la escala de grises como puerto hacia lo quejumbroso de un espacio vacío, carcomido y silente.
Robert Eggers, con tan solo 36 años y dos largometrajes, ha logrado cautivar por completo a la audiencia y a la crítica con sus imágenes llenas de matices y estilo claramente bien definidos que guían al espectador mediante metáforas y realismo.